domingo, 20 de noviembre de 2011

FUNCIONAMIENTO DE LA FAMILIA AUTOESTIMANTE

Aragón y Cortés (2009) afirman que, la palabra "autoestima", hace referencia al aprecio, la consideración, el cariño y/o el amor que cada cual tiene de sí mismo, en ella se expresa el significado de la palabra por su origen etimológico. El sentimiento de amor por uno mismo forma parte importante de la autoestima, también forma parte de nuestras actitudes y una actitud es una organización más o menos estable o duradera de creencias, opiniones y conocimientos (componente cognoscitivo) dotada de una carga afectiva a favor o en contra de un objeto definido (componente/evaluativo), que orienta a quien la posee a actuar o comportarse en relación con dicho objeto de manera consistente y coherente (componente conductual).
La autoestima se forma desde la niñez, de allí, que es importante la operatividad de la familia. Esta es conocida como la célula básica del tejido social. Con numerosas variantes, está integrada por los padres, los hijos y otros miembros como abuelos, tíos y primos (adherentes). 
En la familia, tan excelentemente descrita por los niños y en la que, al parecer hay mucha más gente de lo que creíamos, tienen lugar las más trascendentes experiencias que determinan la autoestima de todos sus componentes, se encuentren estos en la niñez, la adolescencia, la juventud, la madurez o la senectud  y sean padres, hijos o adherentes.
Algunas de tales experiencias son tan sencillas que ni somos conscientes de ellas. Un ¡te quiero hasta rabiar!, ¡te quiero mucho!, y otras similares en boca de un hijo, hermano, padre, madre o abuelo, pueden constituir vivencias "cumbre", que dan sentido y reorganizan la existencia, tanto para los que las expresan como para los que las escuchan, aunque se repitan un millón de veces a través de los años.
La familia saludable posee las siguientes características: una dirección, unas normas claras, comprendidas y observadas por todos y unas funciones bien delimitadas, que cada miembro cumple; opera mediante el ejercicio del Binomio Autoridad-Afecto y, en ella,  la comunicación es abierta y sincera. De todas las características mencionadas, las que favorecen en mayor medida la autoestima son, sin duda, el afecto y la comunicación abierta y sincera. 
Los padres autoestimantes saben que van a influir enormemente en sus hijos, especialmente si estos son niños, puesto que operan como espejos en los que los pequeños se reflejan para construir su propia autoestima. En efecto, los niños internalizan lo que los padres les dicen con palabras o les comunican con gestos y tienden a comportarse tal y como sus padres esperan de ellos.
Si los padres creen que sus hijos son incompetentes, torpes y pocos valiosos, inevitablemente les transmitirán exactamente eso y los hijos lo captarán, de modo que estos no se formarán precisamente un elevado concepto de sí mismo. "Todo lo haces mal", "Eres un torpe", "Nunca aprendes" y expresiones semejantes son tomadas al pie de la letra por los niños, los cuales, efectivamente, terminan creyéndose, personas "torpes" e "inútiles". 
Por el contrario, si los padres confían en el valor de sus hijos, reflejarán en estos su confianza y seguridad y ello se verá en una autoestima elevada. "Adelante, hijo no te desanimes, tu puedes"..... y, en efecto, el hijo "pudo".
Como hemos señalado, la máxima autoridad de la familia reside en los padres. El ejercicio de la autoridad es un derecho y deber que poseen y comparten padre y madre, que ejercen/cumplen con afecto y responsabilidad y sin contradicciones y que no negocian con los hijos y demás integrantes de la familia, aunque en ocasiones especiales pueden delegar. 
Los padres conscientes, amorosos y seguros de sí mismos, no confunden autoridad con autoritarismo. Explican mucho y ordenan muy poco. Estimulan en vez de atemorizar, evitan las preferencias y el favoritismo, los cuales, originan resentimiento, inseguridad y celos, otorgan el reconocimiento de los méritos y en su caso corrigen firme y afectuosamente. Muchos padres, para llevar a cabo su labor, han encontrado muy útil recordar su propia vida familiar, su infancia: "Papá, te tenía tanto miedo que me paralizabas y no me atrevía a hacer nada por mi misma". "Papá ¡Nunca te agradeceré lo suficiente la confianza que me tuviste, la libertad que me concediste, y el ánimo con qué me orientaste!", ¡Ojalá me hubieras corregido a tiempo, sobre todo con amor!. Todas estas expresiones, lo son de padres hacia sus padres. Evitemos los errores que nuestros padres cometieron con nosotros y procuremos imitarlos en aquellos que facilitó nuestro crecimiento personal. 

FAMILIA CON AUTOESTIMA POSITIVA
-El afecto preside las relaciones.
-Hay dirección.
-Se definen las normas y cada cual sabe lo que tiene que hacer y se esfuerza en hacerlo.
-Las normas están al servicio de la familia, son autoimpuestas y modificables.
-Todos se comunican.
-Se respira un clima cálido y cordial. Se está cómodo.
-Todos hacen vida en comunidad.
-La vivienda es un hogar

FAMILIA CON AUTOESTIMA NEGATIVA
-El afecto es la mayor carencia.
-Todos mandan y ninguno obedece.
-Nadie está seguro de cómo actuar y cada uno hace lo que le parece mejor.
-Las normas están al servicio de la autoridad y son impuestas e inmutables.
-Todos hablan y nadie escucha.
-El ambiente es tenso y pesado.
-Nunca están juntos.
-La vivienda es un hotel.